Muchos de los políticos podrían ser buenos redactores de copywriting si se dedicaran a escoger las palabras para crear el texto de un anuncio o de una página comercial.
Sin embargo, el manejo que tienen de su imagen y de toda la estructura de campaña, en realidad tienen muchas falencias y a modo de utilizar esta información de marketing político para entender cómo una marca se puede beneficiar de estas lecciones que sin querer los politicos nos dan, mencionaremos y haré foco sobre ello.
El enfoque de los políticos: Discurso y Acciones
Debo hacer una disección del enfoque con el cuál los políticos en el Perú, gestionan su marketing.
El uso del Lenguaje
Las palabras son importantes en el marketing y en la publicidad.
Pero las palabras comunican más allá del significado que en si mismas traen, también comunican un estado de ánimo, un nivel de instrucción, un nivel de cercanía, un nivel de empatía, un nivel de tolerancia, etc. En suma es una de las herramientas de comunicación para construir una identidad de marca.
Por ello, cuando hablamos del tono de voz de marca, hablamos sobre la selección de palabras precisamente porque necesitamos subcomunicar más allá del discurso.
Decir una cosa, se puede hacer de distintas formas. Y las palabras que seleccionemos para decirlas puede comunicar más allá del mensaje literal. Y si este mensaje subcomunicado es discordante con el mensaje directo comunicado, nadie lo cree o por lo menos es dudoso.
Los políticos no hacen siempre la selección de palabras correctas para hacerse entender como quieren, pero casi siempre logran presentar el tipo de persona que parecen ser a través de ellas.
De modo que si Verónica Mendoza habla o dice algo en quechua, acentúa la identidad que desea alcanzar como opción electoral.
Su discurso y la selección de palabras en el uso de su lenguaje puede servirle para formar una identidad frente a los demás candidatos a través de la cuál desea enfatizar su enfoque social que no sólo tiene por objetivo alcanzar a los votos de la gente del llamado Perú profundo, sino mostrarse frente a todos los votantes como alguien concientizada sobre los problemas de los más vulnerables.
Cuando Rafael López Aliaga, utiliza descalificativos de manera frecuente contra Odebretch, no sólo busca subcomunicar que es una persona proba y confiable que detesta la corrupción, sino que también tiene posiciones claras sobre cualquier cosa y no es un tibio.
El uso de palabras incluso en esta publicación quizá te esté diciendo algo sobre mi posición frente a estos dos candidatos, o quizá no, y eso es interesante aunque no es el tema ir más allá.
El problema que tienen los políticos en el Perú es que el uso del lenguaje no basta para generar una credibilidad ante grandes mayorías de votantes.
Y eso se demuestra cuando hay una gran cantidad de votantes en el «no sabe, no opina» que según algunos sondeos va más allá del 30% del electorado.
Eso se debe a que no todo puede comunicarse desde el lenguaje. Incluyendo los mensajes subcomunicados del que he hablado.
Es vital enfocarse también en sus acciones.
El poder de comunicación de las Acciones
Las acciones son las cuestiones que más puede catapultar o dañar la imagen de un político y ningún uso de lenguaje puede ser suficiente para blindar a alguien en medio de un escándalo que haya protagonizado o revertir sus resultados.
De modo que algunos candidatos han cometido errores en sus acciones en plena campaña.
Pero ese no sería un problema menor, si no fuera por el más grande error que en este punto cometen antes de las elecciones toda la clase política incluyendo a las agrupaciones políticas.
Las acciones dan coherencia y forma al discurso. Si este contradice lo que intenta comunicar sucede lo de Barnechea en las elecciones pasadas cuando un simple gesto, sirvió para que los medios se enfocaran en ese detalle y casi nadie dudó que, por lo menos, hubiera algo de poco creíble en él acerca de su real interés por los estratos socioeconómicos más bajos.
Sin embargo cualquiera puede empezar, a estas alturas del post, a pensar en George Forsyth (o Forzay como se hace llamar en campaña).
El marketing que maneja en estas elecciones 2021, es entorno a un candidato que incide mucho en poner acción sobre los problemas del país.
A menudo se le ve a través de sus redes sociales caminando, visitando lugares y conversando con la gente incluso en una clara postura de querer escuchar cuando se sienta cara a cara sobre una banca o una piedra o lo que fuera frente a un poblador.
Su slogan es Menos floro más acción, escogiendo además la palabra «floro» en un claro esfuerzo por llegar a gente de otro estrato socioeconómico más popular aunque no tan allegado a las personas de zonas rurales.
Sin embargo sólo tiene el 12% en promedio del electorado según los sondeos diversos.
¿Por qué?
No alcanza querer vender un concepto en marketing político alrededor del lenguaje cuando las acciones – el otro pilar en la imagen – es superficial y claramente interesado en sí mismo.
Los políticos, se han enfocado en estos detalles sólo en contextos electorales.
Poco les ha interesado trabajar realmente en el desarrollo de una estructura seria enfocada hacia la gente y no hacia ellos mismos.
Las elecciones en el Perú son para ellos como el único momento para ponerse a trabajar. Y ese trabajo que se ve, está enfocado fundamentalmente en alcanzar el poder.
Por tanto el trabajo que se les ve hacer, no se percibe como un trabajo serio y creíble por la mayoría de la gente.
Porque es un trabajo temporal, y este trabajo temporal y superficial intensivo sólo está hecho con el interés individual enfocado en sí mismos, en su carrera política, en su competencia por el poder frente a sus adversarios y no en los problemas del país y de la gente.
¿Algún candidato puede ser tan ingenuo de creer que esta percepción se revierte con slogans y con el uso de las palabras?
Parece que si.
De modo que las palabras y las acciones superficiales en campaña, caen en saco roto mayoritariamente, carecen de credibilidad y la gente lo percibe como una fiesta democrática montada más para su propio interés que para nosotros. los ciudadanos.
«Siempre dicen lo mismo y estando allí se olvidan» o «si nunca cumplen lo que dicen en campaña» se escucha en las calles.
El político ve las campañas como «mi momento ha llegado», cuando en realidad ese momento empezó antes de la campaña y estuvo allí constantemente a través de una carrera política seria que se gestó como consecuencia de pretender construir un proyecto sólido con base ideológica y abundante formación e información coherente con los valores que representa.
El político está enfocado en sí mismo, no en la gente.
Siendo así, cualquier proyecto que busque el sufragio comercial (darle mi voto a un producto al momento de comprar) o electoral (darle mi voto a un político al momento de votar), está destinado a fracasar.
Sin embargo, si alguien gana en las competencias electorales, ¿no se diría que el fracaso no existe?
El fracaso es del sistema democrático, el fracaso es de toda la clase política que no inspira la menor confianza en la grandes masas.
Si alguien ganó, es porque el Estado estableció la imposición de ir a votar y definir a un «ganador» forzosamente en medio de un sistema democrático en el que al parecer perdimos todos antes de acudir a las urnas.
Como el político está enfocado hacia sí mismo es común por ello, ser testigos del ataque y las falacias ad hominem, siendo estas, el estandar del debate electoral.
Ningún proyecto serio que no se haya gestado en la circunstancia electoral se puede percibir que exista.
Y si la hay, el marketing de aquel o de aquellos políticos, es tan mala que no ha podido colocarla en la vista de los peruanos para que pueda ser valorada, por lo que seguirá apoyándose en las versiones que dé en campaña referente a su «trabajo duro» mientras espera ingenuamente que el electorado le crea.
Conclusión
El político ha perdido la brújula de lo que es ser un político.
Finalmente él es el producto y no se ha dado cuenta que se percibe de baja calidad en un mercado donde casi todos son percibidos de igual manera y esto no lo deja darse cuenta del hecho.
En ese sentido sería relativamente sencillo destacar por sobre el resto y sin embargo todos son percibidos por igual ya que hacen lo mismo de todo el mundo.
Seth Godin habló sobre la importancia de las Tribus y cómo el crear una, es la clave de todo éxito en marketing.
Pareciera como si los políticos en Perú, intentan crear una tribu únicamente en elecciones. ¡Como si eso fuera posible!
Si creyera en el largo plazo, en el trabajo contínuo, en el enfoque hacia la gente sobre la que pretende gobernar, quizá no sólo le ayude a ganar elecciones, sino a tener gobernabilidad y liderazgo una vez esté en el poder.
La estructura politica del Perù de por si es lamentable en las posturas de los ultimos venintidos años sin contar los ultimos cinco años del gobierno de Alberto Fujimori , la falta de organizaciòn en los partidos politicos y su posterior decadencia deteminan campañan politicas mal enfocadas en ambitos netamente confrontacionales con toque principal de interes economico mas aya del bien comùn de las mejoras en las necesidades de los electores de tal manera que el Marketing Politico es solo usado para llamar la atenciòn en fines de un resultado muchas veces ajustado pero en fin a favor de intereses economicos mas que de una estructura solida en valores politicos con miras al desarrollo del pais.