¿Qué es ser diferente según el marketing? ¿Es malo serlo cuando hablamos de personas pero es bueno cuando hablamos de empresas?
La verdad es que siempre fuimos diferentes y no nos dimos cuenta.
Como personas nacemos diferentes pero desde temprano asumimos el trabajo de ser los más parecidos a los demás.
Desde temprano, no sólo tenemos el natural impulso de expresar nuestras diferencias. Aunque también la naturaleza nos provee de la necesidad de seguir al resto (por supervivencia) lo cierto es que todos aquellos impulsos de ser únicos son combatidos por la sociedad apelando al argumento del rechazo social, el repudio hacia esas posiciones únicas que pueden ser peligrosas para el resto.
Parece que fuese el temor de los demás a la incógnita (que supone un riesgo) del costo de lo diferente que puede ser alguien en la sociedad.
La amenaza está allí.
«Si eres muy diferente, te rechazaremos»
Sea como fuere, las empresas y los negocios no se rigen por criterios distintos, en ese sentido, a las personas.
Después de todo, estas están hechas por personas que heredan, por así decirlo, esos temores a la diferenciación.
Emprendedores y empresarios, a pesar de detectar cierta insuficiencia de ese mantra de lo «suficientemente diferente y necesariamente parecido», buscan realmente intentar ser lo más parecido al resto de modo que no «arriesguemos nuestra imagen como empresa, como marca en zonas peligrosas como los extremos».
Sin embargo, sienten que lo gris es lo más seguro, esa gamma de grises es el lugar de empresas y personas normales, que no arriesgan su imagen por entrar en polémica, por no ganarse el rechazo del resto.
Lo que aconseja el marketing
Ante todo el imaginario popular que promueve la igualdad, el marketing aconseja lo contrario.
Ser diferente, es apostar por lo natural. Aquella diferencia puede ser finalmente el elemento que necesitan y desean algunas personas de esa sociedad que luce como un monstruo pero que en realidad es una abstracción vacío de valores y personalidad.
Las personas en su diversidad están esperando ser guiadas en sus ideales hacia el sentimiento natural de pertenecer a un grupo o como diría Seth Godin a alguna tribu. Una tribu que represente claramente, sin titubeos y sin grises, una posición nítida.
Un líder en cierta medida es una especie de héroe que no teme de enfrentarse con las posiciones contrarias. Esta es la clave de una imagen potente.
No veo cómo una persona o empresa, puede construir una imagen potente habitando en las zonas grises de indefinición sobre cuestiones que en el fondo las personas esperan compartir contigo.
El riesgo de ser diferente
No voy a huir de mencionar el costo de ser diferente. Puedes cometer un error claro al defender algo que tú mismo no estás muy seguro de defender y por querer marcar una posición, lanzarte sin pensarlo realmente.
Muchas marcas han metido la pata, y han dañado su imagen o al menos han sentido ello al tuitar o postear algo audaz.
Esto se puede entenderse de dos formas como lo veo:
- Tu posición, no está definidamente formada realmente.
- Has dañado tu imagen frente a un grupo de gente que no forma parte de tu tribu.
Respecto a lo primero: Una posición debe ser el reflejo natural de lo que tu empresa es. No una búsqueda de imitar el resultado de otra personalidad de marca.
Tu posición debe contener valores, conceptos, cosmovisión genuina. Si anteriormnente dijimos que una empresa es un conjunto de personas, ¿cómo son esas personas? ¿Cuál es el espíritu corporativo que surge espontáneamente del trabajo diario de esas personas?.
Necesitas observarlo, necesitas decodificarlo, ¡necesitas descubrirlo!
Si lo haces, puedes vitalizar ese espíritu, esa personalidad, esa cultura organizacional en lugar de llevarla hacia las zona de grises por temor a no gustarle a «todos», porque eso es aquello que te hará diferente al ofrecer lo que le ofrezcas al mercado.
Cuando lo hagas, habrá coherencia y no debes temer comunicar algo en tus redes sociales que se considere realmente un error.
Aún así, quizá puedas equivocarte, pero ¿no es lo que le puede pasar a una persona? ¿Acaso una empresa no es algo orgánico, humano e imperfecto?
Puedes seguir temiéndole al riesgo de ser diferente, pero el costo de habitar en las zonas grises puede ser peor que el de cometer realmente un error siendo definido y único.
Respecto a lo segundo: ¿Por qué he hablado de «realmente un error»? Porque muchos emprendedores creen haber cometido un error en su comunicación en redes al haber enviado un mensaje que suscitó el rechazo de algunas personas.
Pero ¿Realmente fue un error?
Convengamos que si tu mensaje no ofendió a nadie por el simple hecho de ofender, sino que la ofensa es una interpretación exagerada de personas que no forman parte de tu tribu, no es un error de comunicación.
Realmente es complicado hablar de ello sin mencionar la infinita sarta de posibilidades y situaciones que se generan en las cuentas verificadas de las marcas.
Por eso es mejor tener clara la idea de lo que es y no es un error.
No es un error si tu opinión molestó a la gente que no forma parte de tu tribu (Hoy las empresas deben tener tribus que lideran y no sólo «público objetivo» al que debe llegar).
No es un error si no cometiste ningún delito como difamación o injuria.
No es un error, si marcas posición legítima sobre un tema que representa el sentir de tu tribu.
No es un error, si tu posición representa valores constructivos en un sentido claro que le sirve a los que tú sirves.
Todo lo que entre en esas categorías y moleste a alguien o algunos, no es un error y no debes preocuparte. Por el contrario, estás reafirmando tu liderazgo frente a tu tribu que te apoya y que comparte tus valores y tu posición. Son ellos los que aplaudirán que no hayas titubeado de poner en altavoz lo que ellos creen también.
¿A qué le temes de mostrar tus valores de marca de forma nítida y valiente?